martes, 5 de agosto de 2014

La reflexión del verano

En parte todos escondemos un poco de nuestra personalidad, reprimimos nuestros más oscuros pensamientos con tal de no hacer daño o asustar a quien nos importa, medimos las palabras y su efecto en la gente hacia la que van dirigidas.

Cuando decimos las cosas sin pensar, no suele ser lo que creemos en realidad. A veces es mejor agachar la mirada, guardar silencio y caminar hacia delante. He comprendido que no todo sale siempre como lo tenias planeado y en parte es bueno improvisar.

"Haz caso a tu instinto" pero... ¿Y si se equivoca? No hay botón de retroceso, ni opción de deshacer, los errores son errores y hay dos opciones: Aprender de ellos, que la mayoría de los mortales es algo que llevamos mal o estar lamentándote toda la vida, que al fin y al cabo no tiene ningún sentido.

Deberíamos parecernos más al ave fénix y poder resurgir de nuestras propias cenizas cada vez que fuera necesario y empezar una nueva vida porque si ya es difícil empezar cualquier cosa de cero imagínate una vida entera...

Todas las comidas de cabeza no llevan a ninguna parte, hasta que decides mandarlo todo a la mierda, cuando no sepas que hacer, mi consejo es cerrar los ojos, respirar profundo y despejar la mente.

Necesito tiempo para mi y solo para mi. Pensar en lo que realmente busco y lo que de verdad me conviene.

Este verano he tenido bastante tiempo para pensar y no llego a ninguna conclusión, dejaremos que el tiempo pase y que todo fluya


Alba